Un Día sin Auto: La realidad

Todo comenzó muy temprano. Eran las 6:40 de la mañana y llegue a la escuela. Algunos de mis compañeros ya se encontraban en la entrada, así que deje mis cosas y me prepare para tomar algunas fotografías y videos. La primera hora fue en la que pude notar que más gente estaba llegando a la escuela caminando. Aunque si vi mucha gente a quien fotografiar y de verde, pude ver con tristeza que por cada persona que llegaba caminando, dos autos pasaban por los carriles de transito. Eso me hizo pensar, ¿Fue nuestra culpa? ¿No hubo suficiente promoción? Debo decir, sí y no. Cierto, no hubo mucha promoción a comparación de año pasado, pero ¿nuestra culpa? No lo creo. Este proyecto fue concebido en el mismo mes, a solo tres semanas del día sin auto, y la siguiente siendo una semana muerta debido a que era de exámenes.
Aun así nos pudimos a trabajar estos últimos días e hicimos todo lo que pudimos.

Empezando con el video, la cita con Ana Lucía, la muchacha de energía transformadora, para revisar el video. A los días me contacto para preguntarme por él y le dije que ya se encontraba en youtube para que pudiera usarlo para lo que quisiera. También me encargué de que el spam para todo el alumnado se enviara y de que nos dejaran colocar promoción en los baños, así como solicitar el apoyo de la FETEC y de el Consejo (Lo cual resolví todo 20 minutos después de que la clase 6 había finalizado). Como extra promoví el día en AIESEC, una asociación de jóvenes estudiantes a la cual pertenezco para que los miembros apoyaran la causa. El día anterior al evento ayude a colocar lo decorativo que los estudiantes fueran a encontrar cuando llegaran al campus y estuvimos trabajando hasta que ya era algo noche.

Así llego a donde empecé este mensaje, el trabajo lo realizamos, pero era ya cuestión de los estudiantes que tomaran conciencia y apoyaran el día sin auto. Reafirmando mi respuesta, culpa de los resultados, no fue nuestra. Después de horas de estar en la entrada, nos trasladamos al stand que se encontraba al lado de la cafetería y seguimos alentando a los que nos habían apoyado, dándoles gracias y pidiéndoles que pasaran a firmar el muro. Así se estuvo hasta que llego la hora de retirar todo y hacer rencuentro de cómo estuvo el día.